Infecto en llamas, la sangre arde
hierve y borbotea.
Envuelto en odio, las palabras me encarcelan.
Efímeras tormentas me rodean,
dejando mi alma empapada,
aunque solo sea un instante.
Tormentas cuyas sacudidas
dejan mi alma atormentada.
¿A dónde voy?¿A dónde ira?
Fantasma tan mortal, estrella tan fugaz.
Terrible soledad.
Oh cielo azul, ¿Dónde estás?
Cielo cuyas nubes ven brotar, del
suelo que mi alma esconde,
semillas de libertad, mas este ardiente sol
calcina incluso a la flor más bella,
tan solo por no sentir envidia de ella.
Este sol que arde, quema, y condena.
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